miércoles, 13 de febrero de 2013

Islas Marías: Información fracturada

Francisco Cuamea

Ocultar información como “Razón de Estado”. Guardar el hermetismo para que la verdad no salga a la luz pública. Levantar un cerco informativo para “neutralizar” un problema “menor” y “salvaguardar” así la gobernabilidad como bien mayor. Todas políticas que parecieran describir el Estado mexicano del siglo pasado, pero que están siendo aplicadas aquí y ahora en el sexenio de Enrique Peña Nieto.
El 2 de febrero, se amotinaron 650 reclusos del módulo Laguna del Toro del centro penitenciario Islas Marías, según la versión de la Secretaría de Gobernación, por estar inconformes con “algunos servicios que se les brindan”. Un hecho extraordinario, pues al menos en 30 años no se había presentado un conflcito de esta naturaleza.
 En las Islas Marías, donde cumplen sus procesos 7 mil 500 internos, puede pasar cualquier cosa y quizá nunca se sabrá, pues hay una distancia de 112 kilómetros de las costas de Nayarit que la alejan del foco de atención mediática. Pero hoy se trata de un motín que trascendió las aguas del Océano Pacífico. ¿Qué fue lo que pasó? ¿Qué está sucediendo en estos momentos? ¿Cuál es la verdad?
En el manejo de la información, la Segob, sin inmutarse, ha caído en al menos tres contradicciones que solamente han despertado preocupación de que el ocultamiento sistemático de la información pública sea ya su política de Estado.

Contradicción 1: Los ‘cuatro lesionados’ 
La primera señal de alarma se encendió la tarde de ese sábado 2 de febrero. Después de que por la mañana se supo del motín, la Segob emitió un comunicado de cinco párrafos muy contrastante con la información (incluyendo fotografías) que los periodistas de Mazatlán estaban recabando. 
“Durante los hechos, cuatro custodios del Complejo Penitenciario Islas Marías resultaron con lesiones leves al tratar de impedir que los internos ingresaran al módulo contiguo”, reportó Gobernación en el comunicado número 24. El boletín de la Segob no sólo era impreciso en la cantidad de agentes heridos, pues ese mismo día ya se sabía que eran siete, sino también en la gravedad de las “lesiones”. 
Según el reporte que tomó la Policía Ministerial de Sinaloa y que fue informado a los periodistas, el director del penal de las Islas Marías, Abelardo Aguilar Delgado, originario del Estado de México, presentó fractura de tibia y peroné; dos custodios también tenían fracturadas sus piernas, otro más presentó fractura en el brazo izquierdo y otro fue reportado no solamente con múltiples fracturas, sino con quemaduras de segundo y tercer grado entre el 30 y 40 por ciento de su cuerpo. Cinco días después, este custodio murió cuando era intervenido en el hospital del ISSSTE. 
Hubo dos heridos más, pero de ellos ya no se pudo conocer nada. Al día siguiente, por la madrugada, llegaron por barco a Mazatlán ocho heridos más, de los cuales tampoco hubo detalles, tan sólo la cofirmación por parte de personal de la Armada. Quince heridos, uno ya fallecido, contra cuatro custodios con lesiones leves que a la fecha sostiene la Segob.

Contradicción 2. ‘Todo bajo control’ 
La Segob aseguró que la situación estaba bajo control.
“Autoridades de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) restablecieron el orden en el Complejo Penitenciario Islas Marías, luego de que a las 09:00 horas de hoy se registró una protesta de internos en el módulo Laguna del Toro, donde aproximadamente 650 de ellos manifestaron diversas inconformidades con algunos de los servicios que se brindan en este centro”, dijo en su comunicado. 
El domingo 3 de febrero, Noroeste logró contactar con personas que trabajan en las Islas Marías, a quienes no le permitieron salir del complejo penitenciario sino hasta dos días después. Un dato llamaba la atención. Los reclusos lograron ocultarse en la zona montañosa y agreste. Los contactos de Noroeste dijeron que se trataba de al menos 600 presos los que estaban ocultos entre la maleza. Por lo tanto, negaban que la situación estuviera bajo control. 
El proceder de la Segob no fue dar mayor información de manera abierta, sino que envió a Noroeste un comunicado en el que precisaba que no eran 600 sino 50 los reclusos que aún estaban ocultos entre el monte. Nunca mencionaron la palabra prófugos, pero ¿cómo se le puede llamar a 50 reos que no están donde deben estar
Además, debido al motín, el Consejo de la Judicatura Federal decretó la suspensión de labores del Juzgado de Distrito del Complejo Penitenciario Islas Marías y anunció apenas ayer, a nueve días del conflicto, que las actividades se reactivarán hasta que se restauren las condiciones de seguridad y operatividad necesaria para su funcionamiento. 

Contradicción 3 ‘Atenderá el caso Derechos Humanos de Segob’ 
La Segob aseguró que su personal de la dirección de Derechos Humanos analizaría las demandas de los internos.
“Por instrucción del Subsecretario de Planeación y Protección Institucional, Manuel Mondragón y Kalb, personal de la Dirección de Derechos Humanos de la Comisión Nacional de Seguridad acudirá al Complejo Penitenciario para recibir y analizar las demandas de los internos”, anunció.
El martes 5 de febrero, familiares de tres internos interpusieron una queja en la Comisión Estatal de Derechos Humanos, la cual fue turnada a la CNDH, porque simple y sencillamente no sabían nada de ellos, si estaban heridos, si fueron trasladados, si estaban bien. Nada, no tenían acceso a ellos.
También comenzaron las llamadas a la Redacción de Noroeste desde otros estados del país de padres buscando algún dato que les pudiera indicar en qué situación se encontraban sus hijos. 
Entre esas llamadas, uno de esos padres compartió que al fin había entablado comunicación con un contacto en las Islas Marías. Le dijo que su hijo estaba en el módulo Las Cruces, en una celda de castigo junto a otros internos, que tenía fracturas y que estaban incomunicados. 
A una semana del motín, la CNDH apenas recibía la autorización para ingresar a las Islas Marías. 
De acuerdo al visitador Andrés Aguirre, desde el mismo día del conlficto se solicitó el ingreso. “Padecemos bastante hermetismo”, admitió en entrevista.
Las dudas están sin aclararse y el tiempo pasa. Pareciera que la Segob apuesta al olvido. Dos cosas que no debemos perder de vista: ¿Por qué quieren enterrar este caso? ¿Vuelven con Peña Nieto los tiempos del oscurantismo en la información pública?  

Twitter @Cuamea

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